Lyll Montes
Lyll llegó a Ecuador hace dos años en busca de mejorar sus condiciones de vida, como cientos de miles de venezolanos que llegan al país. Oriunda de Barquisimeto, se radicó en Guayaquil y trabajó en el Hospital de Los Ceibos. Allí se desarrolló profesionalmente y, paradójicamente, encontró la muerte. Estuvo de guardia los primeros días de la cuarentena, tiempo en el que contrajo el virus que la mantuvo en batalla casi diez días. Lyll fue directora del Hospital Central de Barquisimeto, estado Lara, en su país. Su risa le llenaba el rostro y poblaba los pasillos del centro de salud. Sus pacientes la recuerdan por ser una mujer dinámica y sensible. Sus tres hijos viven en Venezuela y no pudieron despedirse de ella. “Vuela alto, mami”, fueron las últimas palabras de su hija, Katherine Pargas, para Lyll, a la distancia.