Luis Modesto Páez Montalvo
El eterno JB4 (Jefe de la Cuarta Brigada). Así fue conocido el Mayor Luis Modesto Páez Montalvo, bombero voluntario del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, durante más de medio siglo. Cuando tenía apenas 15 años, hizo su primera guardia en un cuartel de bomberos. “Iba con mi bicicleta a todas las emergencias en las zonas aledañas de mi domicilio, luego me compré una moto, siempre he tratado de estar presente en casi todos los incendios”, contaba con mucho orgullo cada vez que se acordaba de sus inicios.
Su brigada controlaba la zona del Suburbio de Guayaquil, y era común verlo trabajando con afán en los incendios de la ciudad, como el de La Bahía, en 1997, explosiones y derrames de químicos. Su frase “lo tengo encajonado” anunciaba por la frecuencia de radio bomberil que tenía controlado el fuego. Tenía un singular olfato para los incendios de Guayaquil, pero lo que más destacaban sus compañeros era su vocación de servicio. “Debemos continuar con nuestro legado en los más jóvenes. Servir sin pedir nada a cambio es una gran virtud”, dijo, cuando le rindieron homenaje por sus 55 años de entrega. Antes, había recibido casi dos decenas de condecoraciones.
Luis Modesto Páez Montalvo también fue comerciante, pero será recordado por los hijos de Guayaquil como el bombero voluntario más disciplinado y lleno de pasión por el verdadero servicio. “Él entraba a sacar personas, se mojaba, se subía a todas las escaleras”, escribió Alfredo Mora. Once días antes de su muerte, ocurrida en una clínica de la ciudad el 23 de abril, había perdido a su esposa, Elsa Laura Panchana, con quien tuvo seis hijos.