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María del Pilar Suárez Benítez

A María del Pilar le encantaba la música clásica, la escuchaba desde niña con su papá. Nació el 9 de noviembre de 1931, en Quito. Estudió en el colegio Santo Domingo de Guzmán y agradecía ser la hija de quien siempre llevó una camioneta llena de víveres para entregar a las monjitas del colegio. Ya en la universidad conoció a su esposo, con quien tuvo cinco hijos y con quien viajó por el Ecuador, acompañándolo ocasionalmente en su labor dentro de la milicia.

Sus familiares la recuerdan como una mujer que demostraba su amor de diversas formas. Le encantaba cocinar y lo hizo de manera profesional para su familia y amigos luego de sacar un título de chef que nunca ejerció fuera de casa. Además, buscó siempre maneras de ayudar a personas en condiciones de vulnerabilidad. Compartía esa vocación de servicio con varias de sus amigas con las que además se reunián como una gran familia extendida.

Sus hijos y nietos recuerdan como suya la frase: da siempre sin esperar a recibir. María del Pilar tenía una memoria de elefante -cuentan- con la que recordaba los nombres y caras de todos los amigos y amigas de sus nietos, a quienes acogía siempre en casa con un postre o alguna otra receta suya. Era una mujer que amaba explorar la vida y viajar para conocer lugares nuevos sin dejar de estar cerca de sus seres más queridos.