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Alfredo Iglesias Bernal

“Un abrazo, mijita”, fueron las últimas palabras que Adriana Iglesias escuchó a su padre decirle. “A tu lado me sentía inmortal, siempre lo solucionabas todo, ya sea con una palabra de aliento, o con acciones. Siempre pensabas en los demás antes que en ti”, dijo su hija. Especialista en medicina física y rehabilitación, Iglesias es recordado en el ejercicio de su carrera y también en la práctica de la docencia. Trabajó en el hospital Dr. Roberto Gilbert Elizalde, en la ciudad de Guayaquil, y también en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, donde se desempeñó como coordinador de la carrera de Terapia Física y profesor de Fisioterapia y Proceso de Titulación. Barcelonista de corazón y esposo de Robertina Zambrano, se convirtió en padre y también en abuelo. Sonriente, amable, bromista y siempre dispuesto a ayudar; así lo recuerdan sus familiares, amigos y estudiantes. “Una de las personas que ha formado gran parte de mi vida, primero como docente y luego como jefe. Su risa, imposible de olvidar, su peculiar forma de tratar los temas serios en el trabajo, intentando darle la razón a todos (…) El último día que lo vi, el jueves 19 de marzo, recordó a todo el personal que él siempre estuvo orgulloso de los que fuimos sus alumnos”, rememora Ruth Dután.