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Manuel Fernando Enderica Dávila

Manolo, como todos lo conocían, nació en Guaranda el 7 de enero de 1958. Fue un ser humano entregado al servicio de sus creencias religiosas y de los demás. Un hombre al cual los golpes de la vida le enseñaron a ser paciente, generoso, pacifista y solidario. Tenía el don de reconfortar corazones. En la iglesia donde colaboraba, la gente lo buscaba por sus palabras sabias y oportunas. Era una especie de médico del alma. No importaba el día ni la hora, si había alguna familia con algún problema o necesidad, junto a su esposa iban prestos a ayudar.

Fue padre de Patricia Enderica, escritora ecuatoriana que recuerda que los relatos y poemas de su padre fueron de disfrute familiar. Patricia recuerda que los primeros cuentos que escuchó fueron de su boca. Cada noche las historias de los hermanos Grimm junto a la cadencia de su voz, le arrullaban la imaginación. Por él, ama hoy los libros. En la imagen, Manolo aparece junto a su madre, ‘Begita’, quien también falleció.